Anuário da Indústria de Implementos Rodoviários 2021
67 D urante los últimos años, la tradicional modalidad de plan de cuotas para vehículos comerciales e implementos, el BNDES Finame, ha ido perdiendo espacio de forma sucesiva como opción del transportador al momento de invertir. En su apogeo, hace aproximadamente una década, los intereses ofrecidos muy por debajo de la inflación hicieron que la modalidad representara cerca del 80% de las compras de camiones, remolques y semirremolques. Según datos más recientes consolidados por la institución, los gastos para el producto hasta septiembre de 2020 acumularon de 10,5 billones de Reales contra 12,5 billones en el mismo período de 2019, una disminución de 13%. “Aún es atractivo, pero exige mucha burocracia y su aprobación es lenta. Además, ya no se trata de una política prioritaria del banco, que por su lado se encuentra hoy enfocado en financiar innovaciones”, evalúa Wilson Ferri, director comercial de Randon Implementos. “El sector de transportes camina con sus propias piernas, sin necesidad de recursos subsidiados.” La caída de los intereses y cambios en las condiciones practicadas por el BNDES también contribuyeron para que la busca por el Finame disminuyera. Hoy básicamente se opera a partir de dos opciones: TLP – tasa de largo plazo, o TFB – tasa fija del BNDES. De manera simplista, la composición de la tasa resulta de la suma del IPCA con un monto fijo, y los diferenciales del banco intermediario y del BNDES. También brinda beneficios como exención del IOF - Impuesto sobre Operaciones Financieras, y cuotas que disminuyen a lo largo del financiamiento. Contraponiéndose al Finame, el Crédito Directo al Consumidor - CDC, pasó a tener una mayor representatividad en los negocios. El balance de 2020 de Anef, Asociación de las Empresas Financieras de las Plantas de Ensamblaje, ayuda a dimensionar su relevancia en la preferencia del consumidor al momento de adquirir un bien. El año pasado esa modalidad totalizó 282 billones de Reales en el saldo de las carteras, alza de 11,2% al confrontarlo con el año anterior, cuando terminó el periodo con 253,6 billones. “Finame aún se muestra una modalidad importante para financiar el negocio de transporte. Sin embargo, CDC es mucho más sencillo y los intereses suelen ser atractivos, similares a los de Finame, además de asegurarle al inversionista la certeza de que tendrá el bien más rápido”, puntúa Luiz Carlos Cunha Júnior, director comercial de Truckvan. En el CDC el transportador trata directamente con la institución que concede el crédito. Dependiendo del banco, puede encontrar programas sobre los 60 meses con las cuotas iniciales del contrato reducidas, además de permitir el pago adelantado de cuotas, lo que promueve reducción en los intereses. “Aún dentro del ambiente actual, el cual indica aumento en la tasa Selic, los intereses deben mantenerse bajos y señalando el CDC como la mejor solución para el transportador”, dice Alves Júnior, director comercial de Rodofort. “Pero el consorcio también se muestra una herramienta interesante, en buenos y malos momentos.” La modalidad que nos recuerda el director de Rodofort realmente ha estado ganando espacio en el negocio del transporte. El año pasado, el sistema de consorcio en el segmento de vehículos pesados, lo que incluye remolque y semirremolques, obtuvo el mejor resultado en los últimos 15 años. Según datos de Abac, Asociación Brasileña de Administradoras de Consorcio, las ventas de nuevas cuentas saltaron 14,7% de 2019 para 2020, de 94,8 mil para 108,7 mil. El volumen de crédito negociado superó 21 billones de Reales, alza de 37,6% sobre los 15,2 billones de reales comercializados en 2019. “El consorcio es una herramienta de planificación y ahorro, pero también es capaz de atenuar impactos en tiempos de crisis, creando reservas para cuando el mercado se ponga mal”, refuerza Ferri, de Random. “Es, antes que todo, una carta de crédito y no necesariamente el bien. Puede servir para impulsar a la empresa, una alternativa para lograr capital de trabajo.” Menos burocrático y más ágil, CDC tiene la preferencia Consorcio gana lugar como herramienta para planificar y potenciar el crecimiento Contrata, usa, devuelve o compra El arriendo empieza a surgir en el sector de transporte como un modelo más de negocio. La modal- idad todavía está en manos de grandes propietarios de flotas o también de empresas enfocadas en subcontratación de equipos. Los fabricantes, sin embargo, ya se empezaron a estructurar para operar en el área. Truckvan, por ejemplo, entiende que hay un campo de especialidad a ser explorado. “Si bien el trans- portador sigue siendo patrimonialista, cuenta con el bien para terminar el ciclo de inversión con la venta del usado, empieza a pensar fuera de la caja”, observa Luiz Carlos Cunha Júnior, director comercial. El representante de la fabricante recuerda que el valor del arriendo no ingresa como gasto en el balance de cuentas, lo que reduce el impuesto sobre la renta; no se hace necesario un pago inicial y se deshace de equipos inactivos y de una deuda, si se diera el caso de considerar un plan de cuotas. Por lo general, los contratos son de hasta cinco años, con posibilidad de devolverlos al final del plazo o incluso comprar el bien, configurando un arrendamiento operativo. “Para el fabricante es una alternativa que tiene que ser bien evaluada, ya que existe el riesgo de com- petir con el propio cliente, además de tener que abrir un canal de usados también”, pondera Wilson Ferri, director comercial de Randon Implementos. “Se puede ganar de un lado, pero perder del otro.”
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